viernes, 14 de mayo de 2010

El que quiera transformar la realidad política, que milite en un partido

Buenos Aires, 11 May. 10 (AICA)

“La palabra de Dios es todo lo que tiene el cristiano. Y no es poca

cosa. No es lo mismo que tener la Biblia. Muchos la tienen y la leen,

pero no tienen la Palabra de Dios porque no la escuchan con el

corazón. Otros no tienen la Biblia, pero tienen la Palabra de Dios,

porque la escuchan y viven conforme a ella”, dijo monseñor Carmelo

Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, en su homilía del fin de

semana.



Tras señalar que “la primera manera cómo Dios nos hace llegar su

Palabra es por medio de la naturaleza creada por él, pues fue su

Palabra la que hizo el mundo. Para escucharla basta el sentido común”,

y explicó que “Dios hace escuchar su Palabra no sólo en el espectáculo

del cielo” sino que “todo lo que somos, lo somos por su Palabra: el

cuerpo, el psiquismo, el sexo, los sentimientos”.



En ese sentido, advirtió sobre el “proyecto de ley para cambiar

la naturaleza del matrimonio” que se está tratando en el Congreso. “Ya

fue aprobado en Diputados que se modifique el Código Civil, y que, en

adelante, para contraer matrimonio baste la figura genérica de ‘los

contrayentes’, y no ya la realidad innegable ofrecida por la

naturaleza de ser varón y mujer”.



Al respecto manifestó: “En esta situación, me extraña el mutismo

del ciudadano cristiano. ¿Están expresando su pensamiento los miles de

colegios católicos con sus respectivas uniones de padres? ¿Y los

consejos provinciales de educación católica? ¿Y las universidades

católicas? ¿Y las entidades laicales de la Iglesia? ¿Será que, al

tomar la palabra siempre los obispos, hemos castrado a los laicos en

su protagonismo como ciudadanos? ¿Los fieles laicos se sienten

apabullados por los medios? ¿Será que están cayendo bajo la tiranía

del lenguaje falaz impuesto por pequeños grupos, como ‘evitar toda

discriminación’, bajo el manto de ‘los derechos humanos’? ¿Piensan

también ellos que el ser varón o ser mujer es algo horroroso, y que

hay que acabar con el ‘determinismo biológico’, como se aplaudió en el

Congreso?”



Consideró que “cómo han votado muchos en el Congreso, en

particular algunos presidenciables, ha de servirnos para que a los

cristianos se nos caigan las anteojeras”, y lamentó que “no existen

partidos importantes cristianos, semi-cristianos o menos malos que

otros” sino que “en la Argentina, como en todo el mundo, hoy el

ciudadano cristiano debe elegir entre malo y malo”.



“Y le hace falta prudencia para elegir el mal menor. Si quiere

transformar la realidad política, que milite en un partido. Lo van a

triturar. Pero con la gracia de Dios, podrá resistir. Hay que estar en

el barro y no embarrarse, como la flor del loto”, concluyó.+

jueves, 13 de mayo de 2010