(…)
¿Toleraría la Iglesia que un sacerdote fuera capellán de una clínica en la que se practican abortos, y que tranquilizara las conciencias de los aborteros “en nombre de Dios”? Si Von Wernich concurría a lugares donde manifiestamente se practicaba la tortura y el asesinato, y hubiera justificado el proceder de torturadores y asesinos, merece además una pena canónica, aunque él mismo no haya empuñado la picana o el arma homicida.
(…)
La maquinaria de muerte, tortura, sustracción de bebés, robos y otras tropelías que las fuerzas armadas perfeccionaron en la Argentina en la década del ’70, como respuesta desmedida e ilegítima a la violencia guerrillera, y profundizando la represión igualmente ilegítima iniciada bajo el gobierno de Perón, Isabel y López Rega, no hubiera sido posible sin legitimadores ideológicos que justificasen, en nombre de una teología extraviada, semejantes crímenes.
(…)
La Iglesia ha pedido perdón públicamente, por no haber hecho lo suficiente para impedir esas atrocidades, de las que también fueron víctimas muchos de sus hijos, (...).
(…)
La pregunta es si basta con esa contrición genérica y casi teórica, o es necesario algo más frente a casos concretos como el que nos ocupa. No se trata tampoco de cargar todas las responsabilidades sobre una persona, cual chivo expiatorio. Pero si no se separa (y castiga) a culpables de inocentes, es la institución como tal la que queda comprometida. Y eso no es justo.
(…)
La defensa corporativa es tan injusta como la condena anticipada. El juicio a Von Wernich no es un juicio a la Iglesia. (…)
Y lo que a mi verdaderamente me inquieta es cuánto queda (qué y dónde) de esa "teología extraviada" que pretendió legimitar ideológicamente tantos crímenes.
Si como cristianos no buscamos y alcanzamos a ver con claridad las persistencias de estos rebusques ideológicos que opacan el compromiso evangélico con la vida digna, seríamos parcialmente cómplices con aquellos y lo peor -tal vez- es que seríamos cómplices de lo que opaca la transmición del mensaje evangélico y ejemplos cristianos en su plenitud al Pueblo de Dios y dentro de éste con predilección a los más pobres.
Con la atención puesta en esta cuestión (lo demás, sin revisar esto, es quedar en la cáscara).
editorial de la revista criterio
Los saluda,
Miguel Alejandro Noboa,
Comisión Nacional de Sectores,
Sector de Trabajadores,
Acción Católica Argentina.
ASJ!
Están autorizados a reenviarlo, responderlo, debatirlo, si les place.
Los saluda,
Miguel Alejandro Noboa,
Comisión Nacional de Sectores,
Sector de Trabajadores,
Acción Católica Argentina.
ASJ!
Están autorizados a reenviarlo, responderlo, debatirlo, si les place.
2 comentarios:
1º verdad.
2º justicia.
3º arrepentimiento.
4º reconciliación.
Estos son los escalones que concertación Cristiana considera necesario para reespablecer la PAZ en nuestra Nación. Más allá del término actualmente empleado por la jurisprudencia; creemos que más que Genocididio en Argentina hubo un FRATICIDIO que es aún peor.
Seguimos sin hechar mas leña al fuego reclamando por la Paz y la rconciliación de nuestra Nación pero sin Justicia, ni Verdad no puede haber Paz.
Coinciden nuestros pensamientos.
www.acamirandoalmundo.blogspot.com
Publicar un comentario